Por Nicolás Villafana
Twitter: @nico_villafana
Han pasado 20 años desde que escuché por primera vez a Eminem. Acababa de cumplir 6 años y mis hermanas llegaron a Lima tras su primera experiencia en el extranjero. Ambas regresaron de Canadá y trajeron, entre otras cosas, unos cuantos discos para el disc-man que usábamos en casa (imposible usar un disco ahora, ¿no?) intentando personalizar nuestras primeras listas de reproducciones. Así eran las cosas a inicios del siglo.
El disco que tomé en manos era The Marshall Mathers LP de Eminem. Fue la primera vez que escuchaba rap en inglés y entendí poco o nada de lo que significaban las combinaciones de palabras en Kill You, The Way I am o The Real Slim Shady. Sin embargo, la canción que sonó más en casa fue Stan.
Este sencillo de Eminen ft. Dido es considerada como una obra maestra para la historia del rap. En el 2000 ya era una de las canciones más laureadas liderando en los rankings de popularidad en Estados Unidos, el Reino Unido y Australia.
Y es que el contenido, algo que ha perdido relevancia con el correr de los años, diferenció este sencillo ampliamente de toda la competencia (inclusive del mismo Marshall Mathers). No me malinterpreten: el rap contra la policía, el de lucha de clases y el que habla de sexo, drogas y mujeres, también tienen un espacio en la historia del género. Sin embargo, la historia que cuenta Eminem a lo largo de los 6:44 minutos, presenta una reflexión de lo que significa ser una estrella musical mundial.
EL FANÁTICO QUE SE MATÓ
“Stan” se basa en hechos ficticios (Eminem nunca comentó que fuese verdadera) en la que un fanático vive obsesionado con Eminem. La palabra es clave: obsesión. Este le escribe cartas que nunca tienen respuesta del rapero, asiste a conciertos en primera fila y hasta a firmas de autógrafos. Su sueño era ser él.
Pero este joven tenía serios problemas. El videoclip que fue dirigido por Dr. Dre muestra escenas grotescas en la sótano de su casa: posters, fotografías del rapero de Detroit y hasta tintes de cabello que alarmaba a su pareja (Dido) que esperaba un hijo de ambos. La relación se fue al tacho mientras el joven se adentraba al mundo de la ficción.
Las intervenciones del ‘fanático’ (en la voz de Eminem) recorren a través de las tres primeras estrofas que tienen un ritmo ascendente en sucesos y negativas del verdadero Eminem. Una de las partes más difíciles de comprender es cuando el personaje de la canción ‘conoce’ a Eminem a las afueras de un concierto, pero este…le niega el saludo.
Si no quisiste hablar conmigo fuera del concierto
No tendrías que hacerlo, pero podrías haber firmado un autógrafo para Matthew
Él es mi hermano pequeño, solo tiene seis años
Te esperamos en un frío abrasador
Por seis horas y tú dijiste: “NO”.
Eso es una buena mierda, man, eres su put* ídolo
Él quiere ser como tú, man, le gustas más que a mí
(Intento de traducción aunque la mejor recomendación es aprender inglés y disfrutarla como tal).
No obstante, esta terrible historia tiene fin cuando Stan coge el auto y decide enviar uno de sus últimos intentos para acercarse a Eminem: una cinta en la que reclamaba por la hipocresía con él, su mejor fan. Estaba ebrio manejando a más de 90 kilómetros por hora junto a su esposa, quien gritaba asustada en los asientos traseros. Ni en broma iba a tener final feliz: derraparon en un puente y ambos murieron.
Y quizás esta sea la parte que pone los pelos de punta en esta obra maestra de Eminem con la última estrofa en la que el rapero consolidado escribe una respuesta a Stan mientras viajaba en una furgoneta que contaba con televisión dentro. Mientras ensayaba una respuesta a su fanático con enseñanzas y comentarios positivos, en las noticias informaban la muerte de una pareja que perdió el control del auto en un puente. Era Stan y… sí pues…damn.
Esta canción de Eminem fue una de las que mejor crítica recibió. Tal como lo describe en algún puente musical como ‘Steve Berman‘ (6. The Marshall Mathers) que es una conversación ficcionada entre uno de sus productores, quien le increpa al rapero por darle música que no cuenta con el contenido que se vendía en esos tiempos: “Televisión, drogas, alcohol y mujeres”. Luego viene la canción ‘The Way I Am’ en la que entramos en el Eminem destructivo, aquel que se zurra en todos los comentarios de la gente.
Lo cierto es que ‘Stan’ trascendió. Y mucho. Como dato a pie de página, en el 2017, el diccionario inglés de Oxford incluyó la palabra ‘Stan’ bajo la descripción de “Fan de algo o alguien que parece que se les va la vida en aquello a lo que siguen de forma acérrima”.
Locura.