Por Draco De La Puente
Twitter/Instagram: @draco.17
Por supuesto que no. La censura ha sido un tema de discusión en el mundo del freestyle durante las últimas semanas, por ello vale la pena analizar el concepto, más aún ahora que nos encontramos en una época de sensibilidad social. Censurar consiste en modificar o suprimir una acción que no se ajusta a ciertos planteamientos morales, políticos y religiosos para determinar si se puede exponer frente a un público. Ahora bien, las batallas de gallos son improvisadas y, por consiguiente, pasan en el momento sin seguir ningún tipo de guion. Con esto motivo dejo la pregunta: ¿Cómo es posible censurar algo, o a alguien, sin tener idea previa de lo que se dirá?
Pongamos un ejemplo, y es que Zasko Master es perfecto para esta situación. Hay que remitirnos a su batalla con FJ en la regional de Red Bull en 2017. El MC Alicantino fue acusado por soltar una polémica rima que hizo alusión a una violación, sin embargo, esta se encontraba dentro del contexto de la batalla y fue usada como respuesta para los argumentos del rival.
¿Qué es lo que se critica? Que la Red Bull la haya eliminado en los archivos de la historia de las batallas de gallos. Hay que entender que Red Bull es una empresa constituida con un gran número de seguidores, por eso, como entidad que organiza eventos abiertos al público esta tiene la obligación de actuar responsablemente frente a una comunidad.
Zasko no fue penalizado, es más, avanzó de ronda en el torneo. El tema es que el canal oficial de Youtube de la Red Bull acortó la batalla para no mostrar el acote. Es lo correcto pues si no hubiese sido así, una sociedad con bastantes agallas para criticar virtualmente y extremadamente sensible a una nueva moral impositiva, la hubiera condenado de por vida.
Sigamos explorando, miremos a Urban Roosters. Varias personas estuvieron discutiendo en Twitter sobre una regla de penalización en el reglamento de FMS que, para el asombro de muchos, ha estado presente desde su concepción en 2017. En esencia, el artículo consiste en descontarle puntos a un competidor en caso este dijera una rima que hiera susceptibilidades o plantee un discurso de odio.
Acudamos a Zasko nuevamente, solo que esta vez, en compañía del buen Mr. Ego. Ambos se enfrentaron en la última fecha de FMS 2019 y regalaron un round de minutos libres con bastante sangre, cruzando inclusive hasta líneas personales. Nunca se supo si los jurados le descontaron puntos, pero la batalla siguió. Tampoco hubo censura, cuando Cacha tira una rima sobre el aborto para atacar a Wos en Argentina en el 2018. Los acotes se pueden encontrar online, a pesar que algunos no estén en los canales oficiales de las competencias, siguen flotando libremente por el ciberespacio. ¿Eso es censura? Conceptualmente, no. ¿En praxis? Tampoco.
Reitero nuevamente, Urban y la Red Bull son empresas que han gozado de un crecimiento exponencial los últimos años, es por eso que existen ciertas medidas y lineamientos básicos que deben cumplir para operar con responsabilidad sin ser condenadas por la insaciable opinión pública. Esto es el enfoque deportivo del freestyle, no obstante, recordemos que la disciplina es trasversal y puede etiquetarse como una expresión artística de igual manera.
Planteo la pregunta: ¿Qué esperamos de la censura cuando se habla de arte? El arte es libre y no conoce de límites. Es decisión del artista restringir la potencia del mensaje que busca expresar, pero, cabe resaltar, que en el campo creativo las reglas son inexistentes y queda en la voluntad individual decidir los parámetros de la obra. ¿Se puede juzgar? Obvio, la sociedad tiene derecho a criticar, tanto como el artista posee el libre albedrío de ser sordo ante las detracciones. El pincel más importante en el arte es la libertad de expresión, y la libertad de expresión es lo que plasma las ideas.
Vayamos directo al freestyle. Como en cualquier práctica artista no se le puede prohibir al batallero un vocabulario o un argumento, ya que limita las opciones para desarrollar diferentes líneas argumentales en la contienda y la privan de alcanzar su potencial máximo. En la calle o en el escenario, una batalla de rap es un espacio temporal alternativo a la realidad que vivimos, como el teatro, el clown, el impro, o cualquier práctica cultural que escenifique la interacción de dos personajes.
Eso es, los raperos son personajes, no son personas. Los raperos son alter egos, no sus individualidades cotidianas. Para que el freestyle sea correctamente apreciado como el espectáculo que es, los raperos, el host, el jurado y el público deben establecer un pacto tácito para entender que están siendo sometidos a una ficción, en donde el ‘Si Mágico’ de Konstantín Stanislavski los llevará a enfrentarse a situaciones divertidas, tensas y a veces trágicas que se sellarán con el respeto mutuo de los competidores y un abrazo.
Como público, no podemos, ni debemos, condenar rimas o argumentos que se dicen en una batalla porque son ajenos a nuestras circunstancias. Si Jaze dijo una rima que connotó racismo en la Red Bull y su construcción fue un tanto confusa, ¿para qué hablar de ella 6 meses después del torneo y criticar un mensaje que no fue malintencionado? Lo que pasa en las batallas, se queda ahí, en ese aspecto es como Las Vegas.
View this post on Instagram. Picante 4×4 en la semifinal de la final nacional de Perú 2019. Jaze aprovechó la temática de racismo que propuso Skill para sentenciar con una rima su victoria: "… Decirme blanquito, mi hermano, ¡es racismo! Si yo te dijera cholo, no sería lo mismo…" . . ¿Debería haber límites en las batallas?? . . Los leemos ? . . . . #rap #hiphop #fmschile #fmsargentina #fmsespaña #fmsinternacional #urbanroosters #gallos #freestyle #batalladegallos
Entiendo que hay batallas que trasgreden el universo ficcional que se plantea, pero eso es responsabilidad de cada MC, no de la censura. Destaco que esto es freestyle, estilo libre en español. Las libertades son infinitas y no deben ser reducidas. La censura no puede cambiar las batallas, por el simple hecho que son improvisadas. Si esta disciplina hiere la susceptibilidad individual de una persona, eso significa que no ha acordado al pacto ficcional de la disciplina. Si alguien piensa que el rap es ofensivo, entonces lo más pertinente es no consumirlo y respetar a aquellos que lo practican. Al fin y al cabo, el problema no es la censura sino lo que interpretamos de ella…
